El oro ha llamado la atención del hombre desde los tiempos más primitivos. Prácticamente todos los pueblos y culturas lo han conocido sea porque lo descubrieron en sus territorios o como producto de intercambio. En América, la metalurgia y la orfebrería del oro en tiempos precolombinos, alcanzó niveles excepcionales. Basta con visitar algunos de los “Museos del Oro” de Colombia, Ecuador y Perú. El rescate de Atahualpa, la leyenda de “El Dorado” y más tarde el oro de los jesuitas, constituyen algunas de las páginas notables de lo que significó el oro en América.